miércoles, 9 de septiembre de 2015

UN PASEO POR LAS TUMBAS (A WALK AMONG THE TOMBSTONES)

Ficha tecnica

Dirección :Scott Frank
Producción: Danny DeVito, Michael Shamberg, Stacey Sher, Tobin Armbrust, Brian Oliver
Guion: Scott Frank
Música: Carlos Rafael Rivera
Fotografía: Mihai Malaimare, Jr.
Montaje: Jill Savitt
Protagonistas: Liam Neeson, Dan Stevens, Boyd Holbrook, Sebastian Roché
Año: 2014



El duro policía Matt Scudder (interpretado por el especialista en interpretar  a tipos duros, el genial Liam Neeson) se relaja en un café frecuentado por su gremio cuando, de la nada, dos tipos aparecen y le disparan en la cara al dependiente. Matt, con toda la calma del mundo, va matando uno a uno a los delincuentes con una frialdad absoluta, en una secuencia frenética pero teñida de un aire de desgano, incluso de aburrimiento, en un mundo en que la violencia y la muerte es pan de cada día.

Pero algo salió mal. Una bala perdida mato a quien no debería morir y Matt deja de lado su esclavizante alcoholismo y su placa, convirtiéndose en un oscuro detective privado que opera sin licencia y al margen de la ley.


Así, es como empieza Un paseo por las Tumbas (A Walk among the Tombstones) cinta del 2014 dirigida por Scott Frank y también guionizada por el mismo en base a la novela “Un paseo entre las tumbas”, de Lawrence Block. Un thriller que podría pecar de genérico pero no de mediocre ni de aburrido, en donde la interpretación de Liam brilla al darle vida a un desesperanzado y amargado ex –policía que lucha por salir de su dependencia al vino al mismo tiempo que busca un sentido a su existencia, a la cual solo le ve un atisbo cuando lucha por salvar la vida de una niña y de buscar justica (la de verdad, no la judicial) para las víctima de un par de depravados que gustan de secuestrar a parejas de narcotraficantes para violarlas y mutilarlas de forma espantosa mientras graban videos snuff para su obsceno goce privado.


Una noche sus meditaciones  y cena son interrumpidas por un drogadicto, conocido de sus terapias, llamado Peter (Boyd Holbrook) quien le pide ayuda en nombre de su hermano Kenny Kristo (Dan Stevens) el cual busca justicia (un tema recurrente) y venganza por su hermosa esposa a cual fue secuestrada y a la que, después de pagar el rescate y hacerlo vagar de un lado  a otro, le entregan hecha embolsada pedazos y como postre, con una cinta de audio donde se escucha como fue violada y torturada.Al saber la naturaleza del trabajo de Kenny, Matt le niega la ayuda al pensar que es solo una venganza entre traficantes,  pero al escuchar la historia completa, acepta el trabajo.


Sus indagaciones  a la vieja escuela (estamos en 1999 y Matt no gusta mucho de las nuevas tecnologías) se da cuenta que ha habido más asesinatos de mujeres con ese patrón, todas ligadas al tráfico de drogas. Para eso cuenta con la ayuda de un adolescente negro llamada TJ (Brian "Astro" Bradley), que ha hecho de las calles su hogar, a pesar de tener una gran inteligencia y habilidad en el dibujo, las cuales nutre en la biblioteca donde conoce a Matt. El sueña con ser un detective y logra convertirse en la mano derecha de Scudder.

La investigación se complica. La DEA abduce a Matt y le deja ver sutilmente que están enterados de los asesinatos pero que no debe agitar las aguas; total, eran las hembras de  traficantes ¿a quién le importa si mueren? Eso sirve de escudo a los criminales: Las muertes quedan como ejecuciones entre carteles y nadie se preocupa en investigar eso; nadie, excepto Matt.

Poco a poco se van encajando piezas. El cuidador de un cementerio es investigado y revela (antes de saltar de manera escalofriante de un edificio) que colaboro de forma forzada en el secuestro de la novia de un latino (a la que también espiaba al tener sexo) y  le da datos nuevos al detective, que cada vez se acerca más.

Todo se pone de color muy negro cuando los psicópatas secuestran a la hija de 14 años de un amigo y socio de Kenny. El tiempo corre y Matt quiere ganar un poco, sabiendo que la pequeña va a morir aunque paguen el millón de dólares.

Con mañas y muchas bolas consigue algunas horas de más. El trato se cierra y la hija del traficante es devueltas con dos dedos menos (en un escena dolorosa y terrible) y la violencia estalla en un final llego de tensión, sangre, traiciones y la redención teñida de rojo que le llega a Matt en la forma de justicia, las justicia que era necesaria para unas víctima y en una vida que logro salvar.



La película tal vez decepcione a las personas que solo busquen acción y balazos y que queden deslumbrados por la estética matanza que se puede gozar en los primeros minutos y se sentirán defraudados al darse de morros con una historia más pausada, incluso intima, en donde un investigador a la vieja usanza recorre las calles en busca de respuestas. Matt no es el Vengador Anónimo, no anda por ahí disparando a todo lo que se mueva; él es un ¿héroe? más real, más humano, apegado a nuestro mundo. Si hay violencia, pero justificada y cruda, sin grandes artificios y escenas imposible, pero que, aunque escasa, causa una gran tensión. Lian Neeson se ve en su elemento. Su pinta de hombre duro combina muy bien con el personaje desilusionado, depresivo e incluso opaco que busca alguna razón para vivir. El ambiente, aunque no llega a ser sórdido, si tiene un aire de opresión, de frialdad y tristeza de una gran urbe donde a nadie le importa lo que le pase a los demás; una gran deshumanización. La música acompaña de forma efectiva cada escena, realzándola con efectividad.

En resumen, una buena y recomendable película para aquellos que gusten de tramas que se van revelando poco a poco y de detectives que se empeñan en lograrlo pero que defraudara a quienes quieren ver a Neelson volando cabezas y no en busca de una redención personal y de justicia sin grandes coreografías de acción y sangra a raudales.


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